Centro de Investigación en Responsabilidad Social (CIRES)
Los proyectos sociales empresariales tienen como propósito mejorar las condiciones de vida de las personas y transformar su entorno. Sin embargo, sin datos duros que permitan evaluar su impacto, es casi imposible saber si realmente están cumpliendo su objetivo.
Así como en el ámbito de los negocios se requiere información para tomar decisiones estratégicas, en lo social también es necesario contar con evidencias rigurosas. No basta con buenas intenciones: necesitamos diseñar e implementar programas que puedan medirse, evaluarse y, sobre todo, mejorarse.
El caso de colonia Simi
Desde el CIRES estamos analizando uno de estos casos: el proyecto impulsado por la Fundación del Dr. Simi en la colonia Lomas de San Carlos, Ecatepec, también conocida como colonia Simi. Más allá de conocer las acciones específicas —como pintar fachadas o rehabilitar centros comunitarios— buscamos entender el impacto real que estas acciones están teniendo en la vida de la comunidad.
Para responder a esa pregunta, diseñamos una metodología de evaluación de impacto que incluye indicadores como condiciones de vivienda, percepción de seguridad y cohesión social. También evaluamos si el modelo de intervención es sostenible en el tiempo y replicable en otras zonas del país.
Nuestro enfoque parte del diseño de una teoría de cambio, que traza una línea causal entre las acciones del proyecto y sus resultados esperados. A esto sumamos herramientas como la estimación del retorno social de inversión, que permite traducir en valor económico mejoras en salud, dignidad habitacional o bienestar psicosocial.
Metodología para medir lo intangible
Complementamos este análisis con una metodología de diferencias en diferencias, comparando los resultados de la colonia intervenida con los de colonias similares sin intervención, utilizando tanto encuestas como datos secundarios del INEGI y otras fuentes.
Los resultados preliminares indican un impacto positivo en múltiples dimensiones: salud, educación, salud mental, cohesión social y percepción de seguridad, entre otras. La intervención ha logrado activar espacios seguros, ofrecer servicios de salud gratuitos y promover entornos de convivencia digna.
El impacto social
El impacto social va más allá de las historias inspiradoras. Debe estar sustentado en evidencia. Lo que no se mide, no se mejora.
Y si queremos tomar decisiones que realmente transformen, debemos medir nuestras acciones con el mismo rigor que una inversión empresarial. Solo así podremos construir un país más justo, digno y sostenible.