Director del área de Entorno Político y Social
A pesar del paso del tiempo y de las circunstancias cambiantes, la ideología sigue considerándose la variable más importante a la hora de trazar el espectro político. Las categorías “izquierda”, “derecha” y “conservador”, “progresista” siguen siendo válidas. Los valores de libertad e igualdad continúan siendo los principales pilares de las políticas públicas.
Sin embargo, acontecimientos políticos recientes como el Brexit y fenómenos políticos como el auge del populismo (de izquierda y de derecha) muestran la relevancia de las variables demográficas. Las decisiones democráticas están fuertemente relacionadas con la edad y la pertenencia generacional dentro de una determinada sociedad.
Tomemos como ejemplo el Brexit. El 70% de los británicos de entre 18 y 24 años votó a favor de la permanencia en la Unión Europea, mientras que el 60% de los votantes mayores de 65 años votó a favor del Brexit. (https://www.economist.com/graphic-detail/2016/06/24/britain-votes-to-leave-the-eu)
En el caso de la elección de Donald Trump y luego de Joe Biden, vemos dos Estados Unidos de América completamente diferentes. El voto duro republicano es el de los baby boomers y la Generación X, mientras que el voto duro demócrata es el de los millennials. Además, los republicanos mantienen una sólida ventaja entre los evangélicos, poblaciones rurales, mayoritariamente caucásicas, con un bajo porcentaje de educación superior. Los demócratas predominan entre los agnósticos, las grandes ciudades, las minorías étnicas, con un alto porcentaje de educación superior. (https://www.pewresearch.org/politics/2020/06/02/in-changing-u-s-electorate-race-and-education-remain-stark-dividing-lines/)
Se observan divisiones demográficas, generacionales e incluso geográficas similares en varios países del mundo. Las polis contemporáneas parecen estar más divididas entre los millennials (y las generaciones más jóvenes) por un lado, y los boomers (y las generaciones mayores), por otro. Esta división demográfica se ve acentuada por la polarización de los votos entre zonas rurales y urbanas; y entre creyentes y agnósticos.
Como resultado final, vemos sociedades profundamente divididas que quieren cosas completamente diferentes en las políticas públicas cuando se trata de empleo, jubilación, educación, medio ambiente o cuestiones de bioética. El caso emblemático de esta división es el de los Estados Unidos de América, donde la pregunta “¿Qué significa ser estadounidense?” genera dos tipos de respuestas completamente diferentes (70 millones de votantes a favor de Trump frente a 70 millones de votantes a favor de Biden).
El reto de la política demográfica se aplica no sólo a nivel nacional, sino también a nivel empresarial y familiar. ¿Qué significa gobernar para diferentes generaciones al mismo tiempo? ¿Qué generación debe tener una voz predominante? ¿Es correcto que las generaciones más jóvenes vean su futuro determinado por las decisiones tomadas por las generaciones mayores? ¿Deben las generaciones mayores verse afectadas por las nuevas expectativas de las generaciones más jóvenes? ¿Cuál es el punto medio en el choque frontal entre los baby boomers y los millennials? ¿Es posible gobernar para todos?
*El autor es director del área de Entorno Político y Social y director académico de los Programas de Perfeccionamiento del IPADE.
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