Decano del área de Entorno Económico
Los cambios que se han gestado en el marco macroeconómico mundial parecen haber pausado la fluidez del crecimiento económico. Esto se nota más en Latinoamérica.
Uno de los eventos que más ha mermado este despegue fue la crisis del 2009, la cual transformó el estadio económico global. Un ejemplo concreto de esa falta de dinamismo económico es Estados Unidos que desde 1976 hasta el 2009 fue particularmente un país con una balanza comercial negativa.
¿Qué pasa en Estados Unidos, China y Europa?
Lo anterior se debió en gran parte a la tendencia consumista de su sociedad (“demanda inelástica”) y por destacarse como un país importador. Sin embargo, en fechas recientes Estados Unidos busca convertirse en un país exportador, por lo menos dentro del sector energético. Esto, pese a que este cambio ha afectado a todos aquellos países que vivían de venderle bienes y servicios.
China paso de tener un acelerado crecimiento hasta de 14% a un descenso a 7% de crecimiento anual.
Europa se encuentra en una situación complicada en términos de crisis, por contar con una estructura económica totalmente estandarizada. Lo anterior a pesar de estar conformada por culturas y economías completamente diferentes.
La pregunta de los latinoamericanos
Retomando el tema de Latinoamérica, quienes formamos parte de estos países constantemente nos preguntamos:
¿Por qué no tenemos un mayor crecimiento del PIB si contamos con una serie de características que nos podrían dar ventajas competitivas?
Una de estas características es la fortaleza para superar las crisis económicas y problemas en el ámbito de la seguridad que trastocan nuestras economías. En este sentido, tenemos como ejemplo de éxito a Perú y Colombia. Pese a ello, nuestras expectativas de crecimiento son poco alentadoras.
Particularmente México que aparentemente tiene todo para crecer sufre un grave estancamiento en sus actividades económicas. ¿Por qué? Es evidente que un problema generalizado a nivel global que atenta contra el desarrollo de cualquier país es la corrupción, además de la inseguridad y la falta de estado de derecho, entre otros temas.
Si deseamos que nuestro PIB llegue a los niveles esperados, debemos enfocarnos en la demanda interna y externa para lograr favorecer la inversión. Esta es un detonante fundamental para cualquier economía. Y en tal caso abatir la corrupción para no frenar la participación de las empresas, labor titánica si pensamos que a nivel mundial existe una maraña de corruptela en las esferas gubernamentales. La realidad es que cada vez nos hacemos más laxos para preservar los valores fundamentales que garantizarían una mejor sociedad.
La clave del crecimiento latinoamericano
¿Qué hacer entonces? Me parece que lo primordial será pues que los empresarios regresen a sus valores esenciales. Estos se deben trabajar desde lo individual y llevándolos hasta el núcleo familiar y laboral, para generar un círculo virtuoso en vez de uno vicioso.
Latinoamérica, por su historia y su riqueza cultural, es una región que podrá tener una mayor capacidad de enfrentar las adversidades. Para ello, es necesario poner en práctica valores como la justicia, solidaridad, subsidiariedad y gratuidad. Todos ello, conceptos que establecen la ética social de las naciones.