El nombre de Eneko Belausteguigoitia se encuentra profundamente enraizado en la comunidad empresarial de México. Su vida estuvo marcada por una fehaciente vocación de servicio, compromiso con la formación empresarial de alto nivel y una generosidad que dejó huella tanto en instituciones como en personas.
Nació en 1933, en el seno de una familia de empresarios de Torreón, Coahuila; destacada en diferentes industrias: el cultivo de algodón en la región de La Laguna, azucarera, algodonera, inmobiliaria y bursátil.
En la década de los sesenta, cuando se gestaba la idea de crear IPADE Business School, formó parte del grupo de empresarios que, junto con Carlos Llano Cifuentes, Manuel Senderos Irigoyen, Gastón Azcárraga Tamayo, Fernando Casas, José María Basagoiti, entre otros, imaginaron una escuela de negocios que ofreciera formación sólida a empresarios mexicanos que no encontraban suficiente preparación para dirigir sus compañías.
Su legado en IPADE es muy amplio. Como parte de las acciones previas a la fundación de la escuela de negocios, formó parte del grupo que viajó a Harvard Business School (HBS); a partir de esta reunión se estableció un vínculo académico importante con la escuela de negocios de Boston, creando el Comité Asesor HBS-IPADE. De igual manera, se invitó a Kenneth R. Andrews, uno de los profesores de Política de Empresa más famosos de Harvard, a dar una sesión en IPADE. Logrando que, desde su fundación, la escuela de negocios tuviera una interacción internacional.
Eneko Belausteguigoitia no solo fue promotor de la institución, sino también profesor del área de Política de Empresa y egresado de la primera generación del programa AD-2. Participó activamente en los primeros años de IPADE, impartiendo sesiones memorables; como aquella en la que, al irse la luz, impartió el caso a la luz de lámparas de gas. Siempre tuvo claro que formar no era un acto de transmitir conocimiento, sino de encender convicciones.
También, fue un colaborador cercano al padre Pedro Casciaro en la restauración de la ex Hacienda de Clavería, y apoyó diversas obras educativas y sociales, entre ellas el Colegio Montefalco, una de las instituciones que reflejan el compromiso social de nuestros egresados.
Presidió la Fundación E. Arocena, desde la cual, a partir de 2013, instauró el «Premio Ingenio, Constancia y Servicio» para dos participantes del programa del Full-Time MBA (MEDE), uno en cada sede de IPADE donde se imparte este Programa (México y Monterrey). Tal galardón honra justamente las cualidades que definieron la vida profesional y personal del empresario.
Su apoyo al desarrollo de IPADE no se limitó a los inicios. Tiempo después, quiso llevar la escuela de negocios a contribuir en Torreón, ciudad base de sus negocios familiares, por lo que impulsó una sede itinerante de IPADE en el edificio Arocena, en el cual construyó dos aulas como las de la escuela de negocios.
En entrevista mencionó: «Allí empezamos los Programas de IPADE, que fueron muy buenos; a los agricultores les abrieron enormemente los horizontes. Como resultado, los empresarios de La Laguna se volvieron muy prósperos, se les abrió el panorama».
Sin duda, Eneko Belausteguigoitia entendió que los empresarios tienen una responsabilidad que va más allá del balance financiero: formar personas, transformar comunidades, construir instituciones. Hoy, su legado vive en cada aula de IPADE, en cada egresado que lleva consigo ese espíritu, y en cada proyecto que nació de su impulso silencioso pero firme.
Agradecemos profundamente su vida, testimonio y entrega.
Conoce más sobre Eneko Belausteguigoitia y su legado en IPADE Business School: https://www.youtube.com/watch?v=1dRuYsS2wAM