El fútbol femenino: presente pero invisibilizado
Lo interesante del fútbol femenino es que, aunque ha estado presente en todos los países, ha sido una problemática constantemente ignorada. Siempre ha estado ahí, pero no se le ha dado el lugar que merece. Era necesario cambiar eso. Por ello, Lucía lo ha abordado con visión estratégica y una experiencia acumulada a lo largo del tiempo.
Una industria poderosa y difícil de transformar
El cambio dentro de esta industria tan competitiva y millonaria no es sencillo. Se trata de un entorno con grandes intereses económicos, y Lucía supo utilizar tácticas concretas para generar impacto. Porque esto no es solo una cuestión de género: es un tema mucho más profundo, que trasciende lo superficial.
El desconocimiento genera incomodidad
Lo que no se entiende, incomoda. Aquello que resulta desconocido suele generar resistencia. A modo de ejemplo: para muchas personas, las matemáticas eran difíciles, no por su complejidad, sino porque nunca se las explicaron bien. Esa misma lógica puede aplicarse al fútbol femenino: genera incomodidad porque aún es poco conocido.
Aprender para transformar
Esta conversación revela mucho. Se hizo evidente —incluso para quienes lideraban el proceso— que no sabían casi nada sobre el fútbol femenino. El arranque de la liga se dio desde el desconocimiento, pero con la convicción de aprender. El cambio fue posible gracias al conocimiento, y especialmente, a entender el idioma de quienes toman decisiones. Y ese idioma, muchas veces, es el económico.
Más allá del dinero: el poder de la reputación
El fútbol tiene una dimensión económica, sí, pero también una parte intangible que no se puede medir con facilidad: la reputación. Aunque a algunos les cueste aceptarlo, la reputación de una organización en México puede influir incluso en el ánimo social. Los resultados de la selección nacional, por ejemplo, pueden modificar el clima emocional del país.
Estrategia: alianzas y empatía
Aunque el control del dinero no estaba en sus manos, sí lo estaba la posibilidad de generar alianzas. FIFA, por ejemplo, fue un aliado estratégico clave. Además, se comprendió que era necesario tocar un punto sensible: la reputación. Por ello, se construyó un caso empático y cercano. Se propuso: “Con esta información, tenemos una oportunidad. Vamos a lanzar una liga”.