Crisis y resiliencia en Turismo Gargo
Francisco Javier García Ramírez, presidente del Consejo de Administración de Turismo Gargo S.A. de C.V. y de Mex Rent a Car, recuerda que en 1994 la situación se volvió especialmente compleja debido a la devaluación y al llamado “error de diciembre”. Lo más difícil, señala, no fue abrir las puertas de la empresa, sino mantenerlas abiertas, ya que los costos de los autos y el financiamiento se elevaron de forma considerable. Relata que, a lo largo de 31 años de operación constante, el financiamiento ha sido costoso. Sin embargo, gracias a estrategias oportunas, lograron superar esa crisis. Después vinieron épocas mucho mejores—buenas e incluso excepcionales—, aunque reconoce que los altibajos económicos son recurrentes, particularmente en sectores ligados al turismo, como el de renta de autos.
Decisiones estratégicas y expansión
García Ramírez explica que, en ese contexto, decidió vender su participación accionaria en tres negocios para adquirir, junto con su familia, una distribuidora propia. En la evolución de Turismo Gargo comprendió que, para crecer, debían tener cobertura regional o nacional.
El modelo de franquicias por estado complicaba la expansión a otros territorios, por lo que recurrieron al mercado estadounidense: consiguieron una marca de origen americano que les permitió operar en todo México. Así lograron salir de Baja California Sur hacia el interior del país, comenzando por Puerto Vallarta y Guadalajara.
En 2012, tomaron la decisión de expandirse a nivel nacional. Poco después nació MEX Rent a Car, una marca concebida por el área comercial. Aunque en un inicio existía incertidumbre sobre su éxito, García Ramírez afirma que el tiempo dio la respuesta: el proyecto se consolidó como un acierto.
Ciclos turísticos y rentabilidad
El presidente de la compañía señala que las zonas de playa son cíclicas, con temporadas altas y bajas. Mantener autos y personal durante todo el año dificultaba la rentabilidad mensual, por lo que expandirse al interior del país fue una decisión estratégica que permitió estabilizar los ingresos.
Institucionalización y visión familiar
Hace unos diez años, Francisco Javier García Ramírez comprendió que nada es eterno y que la responsabilidad exigía anticiparse a lo inevitable. Junto con su hermana y socia, transformó la empresa: pasaron de una administración convencional a un gobierno corporativo, y posteriormente implementaron protocolos familiares.
Explica que la intención fue asegurar que toda la familia—hasta la tercera generación—entendiera el funcionamiento del negocio. Les compartió su visión sobre cómo le gustaría que se administre en el futuro, aunque reconoce que ellos tomarán sus propias decisiones. Su objetivo fue dejar bases sólidas: el origen, el desarrollo y la libertad de construir su propio camino.
Confianza en las nuevas generaciones
En una retrospectiva personal, García Ramírez recuerda que a los 37 años se convirtió en empresario y que a los 38 ya tenía varias empresas. Esa experiencia lo llevó a confiar en sus hijos, a quienes formó académicamente e involucró desde siempre en el negocio. Podría haber contratado a un ejecutivo externo para obtener resultados inmediatos, comenta, pero esa opción habría significado perder la experiencia acumulada en el día a día. Sus hijos, en cambio, se impregnaron de la operación y aprendieron profundamente.
Hace cuatro o cinco años inició el proceso de transición, y aproximadamente dos años atrás se retiró de la operación para dedicarse por completo al consejo de administración.