Un homenaje a quienes dejaron huella
Los últimos años han sido difíciles para quienes forman parte de IPADE. En poco tiempo, se despidieron de profesores valiosos que decidieron dejar la institución. Al recordar su legado, muchos coincidieron en que se trataba de personas que habían alcanzado lo que puede llamarse una vida lograda.
¿Qué es una vida lograda?
Una vida se considera lograda cuando la persona se convierte en autora consciente de su propio camino. Para alcanzarla, el primer paso es cultivar una actitud positiva: aquella que no rehúye las dificultades, sino que las asume como oportunidades para crecer.
Liderazgo personal, el primer paso
El liderazgo comienza por uno mismo. Antes de aspirar a guiar a otros, es necesario aprender a dirigirse internamente. Muchas veces se busca una vida plena pensando que ello traerá felicidad. Pero conviene distinguir entre felicidad y placer.
Placer vs Felicidad
El placer es efímero: se consume y desaparece. La felicidad, en cambio, es un estado duradero de satisfacción que proviene de estar en paz con lo que uno hace y con lo que uno es.
Herramientas para una vida plena
Entre las virtudes necesarias destaca la fortaleza de carácter, entendida como la capacidad para enfrentar momentos difíciles. Tiene dos dimensiones: la de resistir —como una columna que sostiene peso— y la de superar obstáculos para seguir avanzando.
La fortaleza se sostiene en la voluntad, otra virtud imprescindible. Esta permite no achicarse ante los desafíos. Es natural tambalearse, pero también es necesario recuperar el impulso.
Disciplina y hábitos: el camino estructurado
Otro componente esencial es la disciplina, entendida como la capacidad de someterse a reglas con propósito. Junto con los buenos hábitos, la disciplina forma habilidades y competencias que, con el tiempo, forjan una vida lograda.