El legado empresarial es una dimensión fundamental que complementa todas las demás. Se refiere a la capacidad de la familia empresaria para conservar el espíritu emprendedor con el que se fundó la empresa. Ese mismo impulso permite construir hacia el futuro, promoviendo que las nuevas generaciones impulsen nuevas iniciativas, tanto empresariales como sociales, siempre con el acompañamiento de la familia.
Es esencial mantener viva esa “hambre” de emprender, de iniciar nuevos negocios o incluso de reformular los existentes. Lo importante es sostener siempre la intención de construir algo nuevo y generar emprendimientos con impacto.
Dos ejemplos concretos ilustran este principio:
• La familia Medina Mora, detrás de CompuSoluciones, creó un fondo de capital para invertir en nuevos negocios. Esta iniciativa apoya tanto a miembros de la familia como a emprendedores externos, generando valor económico, social y patrimonial.
• Otro caso notable es el de OXXO. En 1890, la familia Garza —junto con otros socios— fundó la fábrica de hielo y cerveza Cuauhtémoc. Con el paso del tiempo y bajo el liderazgo de don Eugenio, desarrollaron exitosamente ese negocio. En 1978, lanzaron una nueva empresa: las tiendas de conveniencia OXXO, que hoy son ampliamente reconocidas.
Estos ejemplos demuestran que, a partir de una capacidad emprendedora inicial, es posible generar proyectos que permitan a las siguientes generaciones aprender del éxito, replicarlo y reinventarlo. Reflexionar sobre ello puede ser clave para asegurar la continuidad de la empresa y fortalecer el vínculo familiar que la sustenta.