Lo más importante al momento elegir el financiamiento y el tipo de métricas es que deben estar íntimamente relacionadas con la materialidad de la ASG de compañía. Por lo tanto, la estrategia corporativa debe estar sumamente alineada. Algunos ejemplos de instrumentos son créditos o bonos ligados a la sostenibilidad. Su estructura financiera puede cambiar dependiendo de si la empresa alcanza o no ciertos objetivos predefinidos de ASG o sostenibilidad. Estas métricas normalmente se relacionan con uno o varios objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, como igualdad de género, cambio climático e instituciones sólidas. Además, hay ventajas financieras.
Los marcos de reporteo y las calificaciones ASG juegan un papel importante en el proceso de la toma de decisiones de los financiadores y los inversionistas para las empresas. Marco de reporteo son estas directrices y criterios internacionales que permiten a las empresas crear o desarrollar reportes sobre sostenibilidad, identificar oportunidades, gestionar riesgos y compromisos con cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza.
En cuanto a las calificaciones, las métricas ASG son desarrolladas por agencias calificadoras de valores y están reguladas. Evalúan la madurez y el desempeño de la empresa en cuestiones ASG. Estas mismas métricas pueden estar consideradas dentro de la calificación crediticia de una compañía. Este tipo de calificaciones desempeñan un papel relevante en los mercados públicos de bonos y acciones. Los inversores las utilizan para medir los riesgos y la solidez de las empresas antes de invertir su capital.
Cuando una empresa busca implementar todos sus criterios, es importante evaluar los errores más comunes y determinar cuáles deben evitarse. Para ello, se realiza un análisis que considera factores ambientales, sociales y de gobernanza que son relevantes para la empresa. En otras palabras, se trata de identificar y priorizar aquellos aspectos que pueden generar más valor a largo plazo.
Para llevar a cabo este análisis, se deben considerar dos tipos de materialidad: la financiera y la de impacto. La materialidad financiera implica identificar cómo los actores externos afectan la operación de la compañía. Por otro lado, la materialidad de impacto se refiere a cómo las acciones de la empresa afectan a la sociedad y al medio ambiente. Ambos aspectos son fundamentales para una implementación exitosa.
Nos encontramos en una etapa muy interesante de la ASG donde los inversionistas comprenden la importancia de implementar los criterios de ASG en su estrategia corporativa, ya que pueden crear valor a largo plazo para los grupos de interés. Además, la regulación en materia de ASG es un hecho. No debemos perder de vista las normas de revelación de sostenibilidad, como la NIF A1 y la NIF A2 del Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera(CINIF). A partir de 2025, estas normas serán obligatorias para entidades que no son de interés público.
Además, existe la taxonomía sostenible establecida por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, junto con organismos bilaterales, que establece las reglas del juego para establecer políticas públicas en materia de finanzas sostenibles para México.