IA llegó a la escuela de negocios… ¿y ahora qué?
En las escuelas de negocios, Javier González y Ricardo Herrera han identificado retos cruciales en los últimos años. Uno de los más relevantes es cómo adaptarse al uso de la Inteligencia Artificial en el entorno educativo. Los exámenes tradicionales del tipo “escribe y envíalo” ya no resultan viables, no solo por cuestiones éticas, sino porque el contexto ha cambiado radicalmente. La pregunta clave, señalan, es: ¿cómo enseñar a los participantes a ser éticos en el uso de herramientas como la IA, en lugar de simplemente prohibirlas?
¿Rechazar la IA o formar para usarla con criterio?
Más que limitar su uso, explican, existe la responsabilidad de enseñar a los participantes a emplearla correctamente. Para ilustrarlo, recuerdan las protestas en Estados Unidos en los años 80 contra el uso de calculadoras en las aulas. Algo similar ocurre hoy con la IA: muchas universidades no saben si prohibirla, regularla o integrarla.
¿Y los profesores? También deben evolucionar
La IA no solo transforma la experiencia del participante,también la del profesor. Los académicos reconocen que ya se experimenta con nuevas prácticas: grabar sesiones, solicitar retroalimentación, analizar lo que funcionó y lo que no, y buscar mejoras constantes. Sin embargo, admiten que aún queda mucho camino por recorrer. Surge entonces la pregunta: ¿se está enseñando bien o solo se repite lo que “ha funcionado” sin cuestionarlo?
IA en el aula: creatividad, evaluación y participación
La Inteligencia Artificial puede ayudar a generar preguntas de examen más sofisticadas, analizar grabaciones de sesiones, dar retroalimentación personalizada y medir con precisión la participación. Esto permite evaluar no solo conocimientos, sino también la evolución del aprendizaje a lo largo de los meses.
“La IA existe en el mundo real. Si no la usas, alguien más lo hará mejor que tú”, subrayan. Para los educadores, la disyuntiva es clara: prohibirla y quedarse atrás, o integrarla y formar líderes capaces de usarla con criterio.