La rotación ejecutiva es hoy uno de los principales retos estratégicos de la gestión empresarial para las organizaciones.
Tan solo en enero de 2025, 222 CEO dejaron su cargo en empresas estadounidenses, un aumento del 14% frente a las 194 salidas registradas en enero de 2024, de acuerdo con Challenger, Gray & Christmas.
En México, el reto también está presente, la rotación laboral general alcanza 17%, una de las tasas más altas de América Latina, y el 55% de los empleados identifica al mal liderazgo como la principal causa de renuncia, según la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos y PageGroup.
Estrategias clave para reducir la fuga de talento directivo y mantener continuidad en el liderazgo
Frente a este panorama, una publicación realizada por Harvard Business Review propone 3 estrategias concretas para enfrentar la rotación ejecutiva:
1. Alinear expectativas y realidad del rol
Una de las principales causas de salida anticipada es la brecha entre lo prometido y lo que realmente implica el puesto. Según Gartner, 56% de los ejecutivos considera probable dejar su rol en los próximos dos años si no existe esta alineación.
Acciones clave para el Consejo y el CEO:
- Definir un contrato de rol explícito, con objetivos, recursos, métricas y límites de autoridad.
- Revisar semestralmente las expectativas y ajustarlas a los cambios del entorno económico, regulatorio o tecnológico.
- Alinear los incentivos de corto y largo plazo con los retos estratégicos reales.
De acuerdo con Ricardo Aparicio, director de CIFEM en IPADE: “La claridad en la sucesión y en la definición de roles no solo asegura continuidad, también preserva la confianza de empleados e inversionistas en la organización”.
2. Construir una cultura de apoyo en la alta dirección
El aislamiento del líder es uno de los factores más críticos de desgaste y rotación ejecutiva. De acuerdo con Deloitte, la falta de bienestar y acompañamiento explica una parte significativa de las salidas en el C-Suite, mientras que el burnout se ha consolidado como una de las principales causas de renuncia de CEO.
Acciones clave para fortalecer el liderazgo:
- Implementar programas de team coaching para el C-Suite que fortalezcan la confianza y cohesionen al equipo directivo.
- Establecer foros confidenciales de pares, internos y externos, donde los ejecutivos puedan compartir experiencias, retos y aprendizajes en un entorno seguro.
- Desarrollar programas de bienestar diseñados específicamente para directivos, que atiendan la gestión del estrés, la salud mental y el equilibrio personal.
Como lo señala Carlos Ruiz González, Profesor Decano de Política de Empresa en IPADE: “no puedes liderar a los demás si no eres capaz de liderarte a ti mismo”. Sin un liderazgo personal sólido, resulta muy difícil construir culturas de confianza y resiliencia que reduzcan efectivamente la rotación ejecutiva.
Carlos Ruiz profundiza sobre este concepto en el siguiente video:
Conoce los programas de perfeccionamiento directivo de IPADE
3. Implementar planes de sucesión dinámicos
Un estudio de The Conference Board muestra que, durante el primer semestre de 2025, el 76% de los nuevos CEO fueron promovidos internamente, lo que demuestra que las organizaciones con pipelines sólidos logran transiciones más ordenadas y menos riesgosas.
En contraste, las compañías que enfrentan rotaciones sin un sucesor definido suelen experimentar pérdida de confianza, inestabilidad estratégica e, incluso, impactos negativos en su valor de mercado.
Acciones clave para los Consejos y equipos directivos:
- Diseñar un mapa de roles críticos y garantizar al menos dos candidatos internos preparados para cada posición.
- Realizar rotaciones estratégicas y simulacros de sucesión, que permitan validar a los aspirantes en contextos reales y de alta presión.
- Revisar el plan de sucesión de manera anual, ajustándolo a los cambios estratégicos, regulatorios o tecnológicos del entorno.
De acuerdo con los especialistas citados, la definición clara de roles en la alta dirección, una cultura de apoyo y un plan de sucesión bien diseñado no deben concebirse como simples documentos formales o requisitos de gobierno corporativo.
Tendencias y repercusiones en la rotación ejecutiva global
De acuerdo con el Global CEO Turnover Index, el panorama de 2025 refleja tanto señales de estabilidad como retos estructurales.
- Rotación en descenso, con matices: en el primer semestre de 2025, 110 CEO dejaron sus cargos a nivel global, un 11% menos que el mismo periodo de 2024 (123).
- Duración en el cargo: la tenencia promedio cayó a 6.8 años, frente a 7.7 en 2024, el nivel más bajo desde 2018. El rol del CEO es cada vez más complejo, bajo mayor escrutinio de stakeholders y con la presión constante de transformar la organización.
- Madurez en la sucesión interna: el 76% de los nuevos CEO fueron promociones internas, cifra idéntica a la de 2024, lo que confirma que los consejos están apostando por desarrollar talento interno como estrategia prioritaria de continuidad.
- En 2024, entre los principales factores de esta rotación estuvieron la mayor presión de inversionistas activistas, responsables de la salida de 27 CEO, casi el triple que en 2020, el creciente escrutinio público y la dificultad de navegar entornos inciertos (Reuters).
Al mismo tiempo, casi una cuarta parte de las salidas se dieron en el marco de procesos de sucesión planificada, lo que refleja que cada vez más consejos están preparando talento interno para garantizar continuidad en el liderazgo.
La rotación ejecutiva es inevitable, pero su impacto puede gestionarse
En México, la rotación laboral general alcanza 17%, según AMEDIRH, lo que presiona también a los niveles directivos y eleva los costos de reemplazo y continuidad.
La rotación ejecutiva no debe entenderse como un “ruido de corto plazo”, sino como un riesgo estructural que requiere gestión empresarial con gobiernos corporativos sólidos, contratos de rol dinámicos, apoyo genuino al liderazgo y planes de sucesión probados en la práctica.
En el caso de las empresas familiares, que representan más del 95% del tejido empresarial con capital mexicano, la sucesión exige institucionalidad y preparación; postergar las decisiones “hasta que la vida alcance” no hace más que aumentar el riesgo.
En este camino, los programas de Perfeccionamiento Directivo de IPADE ofrecen un espacio único para que los directivos enfrenten estos desafíos acompañados de pares de alto nivel, compartan experiencias y aprendizajes, y se nutran de la guía de profesores con amplia trayectoria académica y empresarial.
Es en estos entornos donde los líderes expanden su conocimiento, la perspectiva y las herramientas necesarias para fortalecer su visión, anticipar riesgos y asegurar la sostenibilidad de sus organizaciones en el largo plazo.