Decano del área de Política de Empresa
Carlos Ruiz nos dice que Al Capone, como todo hombre de negocios, analizó la situación en la que vivía y ofreció empleo como pistoleros a miles de jóvenes que habían regresado de la guerra y no tenían trabajo, pero sabían utilizar armas de fuego. Otra prueba de su habilidad para los negocios era la diversidad de sus empresas, pues tenía una amplia variedad como cervecerías, destilerías, tabernas, cantinas, flotas de barcos, hipódromos, canódromos, cabarets, casas de juegos, control de sindicatos y asociaciones comerciales e industriales, entre otras.
Su vida es el ejemplo de lo que puede llegar a ser un empresario sin ética, pues asesinaba personas, vendía drogas, prostituía mujeres, todo con el afán de tener poder y réditos. Carlos Ruiz considera la vida de Al Capone como un llamado a los empresarios para buscar ser éticos y ver a dónde se puede llegar si no se antepone la ética al actuar.
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