Profesor del área de Política de Empresa
Los emprendedores buscan favorables flujos de caja sin tener que compartir la propiedad con inversionistas. Esto es viable cuando los requisitos de capital del emprendimiento son modestos y sucede cuando:
- No se requieren inversiones importantes en activos.
- Desarrollo de propiedad intelectual.
- Financiar un rápido crecimiento para una posición en el mercado.
Por lo general, se emprenden proyectos de negocio financiados por medio de deuda. De igual manera, no se toman riesgos mayores o pretenden innovar. Esto significa que la velocidad de crecimiento es determinada por la reinversión de los excedentes de efectivo generados. Estas son las características de la inmensa mayoría de emprendimientos que categorizamos como Pymes.
Startups, un nuevo modelo para hacer negocios
Existe una categoría de emprendedores denominados de alto crecimiento. Ellos están dispuestos a intentar algo que nadie más ha realizado a través de un modelo difícil de copiar. Por ende, están dispuestos a asumir niveles más altos de incertidumbre.
Estas empresas son llamadas de alto impacto y pretenden desarrollar propiedad intelectual basada en nuevos modelos de negocios. Además, emplean tecnología con el fin de crecer rápida y agresivamente.
No pueden depender sólo de los flujos de efectivo generados internamente y suelen ser demasiado riesgosos para atraer financiamiento de deuda. Además, dependen por completo de los inversionistas de capital emprendedor.
Los emprendedores de alto crecimiento buscan recaudar inteligentemente recursos financieros. Así pueden probar e implementar sus ideas, evitando una dilución sustancial en la propiedad de la empresa.
Estas nuevas empresas de alto crecimiento suelen transitar por dos etapas que denominamos startups y scaleups.
Qué son las startups y scaleups
Dave McClure, inversionista ángel y fundador 500 startups, define a este modelo de forma singular:
“una start-up es una compañía que está confundida en cuál es su producto, quiénes son sus clientes y cómo hacer dinero. Tan pronto como encuentre la respuesta a estas tres consideraciones, dejará de ser una start-up para convertirse realmente en un negocio, la inmensa mayoría de las veces, eso no sucede”.
Por su parte, una scale-up es aquella start-up que mostró que su idea es una realidad en el mercado mediante un modelo de negocios probado y escalable. Tiene el potencial de desarrollar una ventaja competitiva basada en algo innovador y puede construir barreras de entrada con entrada. Finalmente, enfrenta los dilemas propios del crecimiento acelerado de una empresa.
Sobre los aspectos financieros
En ambos casos, la nueva empresa necesita financiamiento sostenido y cuantioso para alcanzar un flujo de caja positivo. Mientras eso no ocurra, para sobrevivir requiere capital emprendedor que puede ser aportado por:
- Las aceleradoras de empresas.
- Inversionistas ángeles.
- Fondos de capital semilla.
- Fondos de capital emprendedor (venture capital).
- Oficinas familiares (family offices).
Los tickets de inversión suelen fluctuar en el rango de los 50,000 a 10 millones de dólares.
El papel de las startups en la economía local
Las startups favorecen en gran parte a las economías locales. Según algunos estudios realizados en Estados Unidos, la Unión Europea y otras economías líderes citadas por el Scale-up Institute demuestran que en el conjunto de las empresas jóvenes en esas economías han sido responsables del 100% de la creación neta de nuevos puestos de trabajo.
(Referencia: ¿Cuál es la diferencia entre las Startups y las Scale-ups?, El Economista en línea, 1 abril 2017).