Un proyecto con alcance internacional
Este proyecto se desarrolló en distintas etapas. Comenzó en Francia y posteriormente se realizó un estudio comparativo con México, países que presentan contextos culturales diversos pero relevantes para el análisis. El objetivo fue investigar las prácticas de consumo y examinar la creciente tendencia de alquilar ropa, especialmente vestidos, en lugar de adquirirla. Esta práctica responde no solo a necesidades asociadas a eventos especiales, sino también a una creciente preocupación por el impacto ambiental del consumo masivo. El acceso a un producto sin necesidad de poseerlo ofrece beneficios tanto individuales como colectivos.
Contrastes culturales en el consumo
Aunque en ambos países se observa un creciente nivel de conciencia sobre los efectos del consumo, existen diferencias significativas en sus prácticas. En Francia, el alquiler de ropa se ha integrado a la vida cotidiana de muchas mujeres, mientras que en México continúa siendo una opción reservada para ocasiones especiales, como bodas, bautizos o graduaciones. Este contraste refleja distintas normas culturales, aunque ambos contextos comparten un cambio generacional orientado hacia un consumo más responsable.
Un cambio impulsado por la tecnología
El alquiler de ropa no es una práctica reciente; sin embargo, ha evolucionado considerablemente debido al desarrollo tecnológico y a cambios en los hábitos sociales. Anteriormente, esta opción se limitaba a establecimientos físicos y enfrentaba prejuicios relacionados con la higiene o el estatus. En la actualidad, plataformas digitales han transformado esta experiencia: permiten buscar modelos, realizar el alquiler en línea y recibir el producto a domicilio. En México, varias empresas han modernizado sus modelos de negocio físicos, adaptándolos a las nuevas generaciones y optimizando sus servicios a través de medios digitales.
Hacia un futuro más sostenible
Aunque el estudio se centró en la industria de la moda, sus hallazgos abren la posibilidad de aplicar prácticas responsables en otros sectores industriales. Las nuevas tecnologías y las tendencias emergentes de consumo están marcando el rumbo hacia una transformación más consciente, alineada con las expectativas de las generaciones actuales.