Para los empresarios, entender las etapas del crecimiento de su negocio es clave para prevenir crisis derivadas de un mal dimensionamiento, exceso de deuda o falta de control operativo.
El crecimiento de una empresa no es lineal ni automático, ocurre en fases, cada una con retos específicos en recursos, liderazgo, estrategia y toma de decisiones.
Pero, con un liderazgo estratégico, capaz de leer con claridad la etapa actual del negocio y su potencial de evolución, las empresas pueden navegar por las diferentes fases de crecimiento hasta alcanzar el éxito y madurez.
El modelo de las 5 etapas del crecimiento de una empresa
Este modelo, desarrollado por Neil C. Churchill y Virginia L. Lewis y publicado por Harvard Business Review, plantea las siguientes 5 etapas para el desarrollo de las pequeñas empresas:
- Etapa 1: Existencia
- Etapa 2: Supervivencia
- Etapa 3: Éxito
- Etapa 4: Despegue
- Etapa 5: Madurez de recursos
Etapa 1: Existencia
En esta fase inicial, el negocio enfrenta dos retos críticos: conseguir clientes y cumplir con lo prometido en su producto o servicio.
- La estructura es mínima, el propietario asume todas las funciones clave y financia la operación con recursos propios sin estructura formal.
- Muchas empresas cierran al no alcanzar aceptación de mercado o madurez operativa, agotando su capital sin lograr viabilidad.
Para aumentar las probabilidades de supervivencia, es clave realizar investigación de mercado y diseñar un plan de negocio sólido.
Etapa 2: Supervivencia
El negocio ya cuenta con clientes, ingresos y cierta validación en el mercado. Sin embargo, el desafío central ahora es mantener la viabilidad financiera, equilibrando ingresos y gastos para evitar pérdidas.
La estructura organizacional sigue siendo limitada, pero ahora con un pequeño equipo operativo bajo la supervisión directa del dueño.
En esta etapa, la empresa puede avanzar hacia el crecimiento sostenido o quedarse estancada durante años, generando retornos mínimos sobre el tiempo y capital invertido.
La clave para evolucionar es lograr utilidades constantes y generar flujo de efectivo que permita operar con estabilidad y así financiar el crecimiento.
Etapa 3: Éxito
El negocio ya es estable, tiene ingresos predecibles y una base de clientes consolidada. El reto ahora es decidir entre escalar o mantener la operación como fuente de ingreso pasivo. Esa decisión define dos caminos posibles:
Subetapa III-D: Éxito con desvinculación
El plan es que, cuando la empresa goza de salud financiera y opera con eficiencia, se incorporen gerentes que asuman tareas clave, permitiendo al dueño reducir su involucramiento.
Muchos propietarios optan por esta vía para sostener ingresos mientras desarrollan otros proyectos personales o empresariales.
Subetapa III-G: Éxito con crecimiento
En esta etapa el dueño reinvierte utilidades y capacidad de crédito para expandirse. Esto implica:
- Asegurar la rentabilidad del negocio base
- Incorporar líderes con visión de largo plazo
- Implementar sistemas escalables
- Ejecutar planeación estratégica activa
Si tiene éxito, la empresa evoluciona a la Etapa IV, de despegue. Si no, puede regresar a III-D o incluso caer nuevamente en la Etapa II.
Algunos empresarios optan por sumarse a programas de alta dirección para escalar su conocimiento con base en el aprendizaje práctico y el intercambio de experiencias con otros líderes empresariales:
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Etapa 4: Despegue
En esta etapa, la empresa ya cuenta con procesos operativos eficientes que le permiten acelerar su expansión. El desafío ahora es escalar de forma controlada y financiar ese crecimiento de manera sostenible.
La evolución del negocio depende de dos factores críticos:
- Delegar: ¿Está el propietario preparado para ceder responsabilidades y fortalecer la capacidad directiva ante una operación más compleja y en rápida expansión?
- Liquidez: ¿Existe el flujo de efectivo suficiente para soportar la demanda de capital que implica crecer?
Errores comunes por evitar:
- Crecimiento desmedido sin control financiero, conocido como síndrome de la omnipotencia
- Incapacidad para delegar y soltar el control operativo, el síndrome de la omnisciencia.
Si el dueño supera los retos financieros y de gestión, puede transformar la empresa en una organización de mayor escala.
Pero, si no se logra escalar, la empresa puede estabilizarse como una pyme rentable, volver a la Etapa III, regresar a la Etapa II o fracasar.
Etapa 5: Madurez de recursos
El objetivo principal en esta etapa es asegurar la longevidad del negocio. Si el fundador conserva una visión emprendedora y gestiona eficazmente los recursos financieros, humanos y operativos, la empresa puede mantener su competitividad en el mercado.
- La gestión ya es descentralizada y profesionalizada, con sistemas sólidos y bien estructurados.
- Existe una clara separación entre el propietario y la operación, tanto en lo financiero como en lo operativo.
Si la organización logra preservar su cultura innovadora, se puede convertir en un referente de su industria.
Si no, corre el riesgo de entrar en una etapa de osificación (estancamiento en la que la empresa deja de innovar y evita asumir riesgos).
Algunas excepciones a las etapas de crecimiento
- Franquicias: Inician con marketing validado, procesos probados y soporte de marca. Suelen avanzar rápido por Etapas I y II, pero enfrentan límites territoriales y dependencia del franquiciante.
- Startups tecnológicas: Buscan crecer rápido, con inversión externa desde el inicio. Suelen saltar directamente a Etapa III, con sistemas y consejo formal desde el arranque.
- Empresas desalineadas: Tienen factores clave en diferentes etapas (ej. finanzas en III, liderazgo en I). Esto genera fricción operativa y riesgo de retroceso. La clave es alinear sistemas, liderazgo y visión.
Cada etapa exige habilidades distintas, y los factores clave cambian con el tiempo. Los fundadores exitosos no son quienes “hacen de todo”, sino quienes saben cómo adaptarse, delegar y planear.
Factores clave de gestión en cada etapa
Los siguientes elementos son determinantes en cada fase del crecimiento:
- Recursos financieros y capacidad de endeudamiento:
- Talento humano y profundidad gerencial: Delegar es imposible sin líderes capacitados.
- Sistemas de información, control y planeación. La tecnología es clave para escalar sin caos operativo.
- Metas del propietario y alineación con el negocio.
- La transición del dueño, de “hacedor” a “estratega” es dura pero crítica para evolucionar hacia Etapa IV o V.
Conocer en qué etapa está el crecimiento de tu empresa te permite identificar prioridades reales, anticipar retos de transición y evaluar si tú, como líder, estás preparado para el siguiente nivel.
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