Propiciar alianzas es básicamente la única forma en la que vamos a poder superar los desafíos globales en términos ambientales y sociales que estamos viviendo. Se está privilegiando una lógica en donde hay algunos grupos de interés que piensan que tienen una verdad absoluta sobre la realidad social y tienen la pretensión de imponer esa realidad sobre la propia sociedad.
Esto genera procesos de polarización social que son cada vez más vigentes en un número creciente de países, lo que propicia que las facciones no puedan ponerse de acuerdo. Los grandes problemas ambientales necesitan un acuerdo mutuo para que ninguna de las partes imponga una nueva realidad social. Lo que necesitamos es continuidad de políticas públicas o de gobierno para poder generar los cambios que necesitamos. Si no hay alianzas es muy difícil que alcancemos los objetivos.
El sector público debe ponerse de acuerdo entre sí, y posteriormente toda la sociedad en su conjunto, sobre cuáles son los lugares a los que queremos ir de forma colectiva. Ese proceso de cambio, como todos, implica pérdidas y dolor; hay que ayudar a sobrellevarlas. Si no ayudamos a elaborar las pérdidas de los cambios a quienes las van a tener, la transformación es imposible.
Muchas personas se preguntan cómo podemos generar un cambio en conjunto con las personas que piensan tan distinto. El problema no es fijar un orden, sino cómo vamos a llegar hacia ese lugar; lo que hace falta es amistad social y política, la valoración de la pluralidad y de que todo es distinto.
Lo que más necesitamos en este momento es escucharnos y conocernos, generar ámbitos de confianza para poder escuchar y entender al otro y comprender que no es malo por pensar diferente. El empresario tiene un rol fundamental en las sociedades capitalistas. No puede haber una transformación completa sin una transformación de las empresas.
Cambiar el consumo y la forma de producción altera principalmente los intereses de las empresas. Las métricas y demandas que implican la sustentabilidad son hoy en día cada vez más urgentes. El rol de los emprendedores es también muy importante ya que se pueden adaptar mucho mejor a las demandas del mercado y a las demandas sociales.
Las empresas, en la medida que van configurándose, van hundiendo costo y al mismo tiempo se hacen un poco más rígidas porque esa es la forma de ganar eficiencia. El entorno requiere cambios, y cuando ya tienes todo hundido, cambiar supone modificar estos intereses y perder cosas que están creando valor. A los emprendedores les cuesta menos trabajo porque empiezan de cero. Es por eso que vemos tantos casos de emprendedores que incorporan la lógica ambiental.
No es que no sepamos hacia dónde debemos ir. Hay un desafío que es claramente técnico. Actualmente la mayoría de las empresas estamos de acuerdo en el impacto medioambiental que estamos generando. La sustentabilidad no nos presenta un desafío técnico en términos de no entender lo que tenemos que hacer, el verdadero problema es el liderazgo y cómo gestionamos esos procesos de transformación a fin de poder llegar a esas metas.
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