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Personas Vértice | La figura del director

Agosto 24 / 2022

Cuando terminó mi tercer periodo como Director General del IPADE me pareció que era una buena oportunidad para escribir y hacer una reflexión interior para recapitular muchos momentos de mi vida a lo largo de 9 años.

Personas vértice es un libro para aquel que va a tomar la función de dirección general, pero también para los que hoy en día dirigen empresas y que se van a ver profundamente reflejados en los diversos desafíos y retos que describo. Siempre me ha gustado escribir, pero también que la experiencia no quede en un baúl, sino que pueda ser compartida.

La figura del director general es perfectible siempre; no se trata de una figura inalcanzable que tiene pocos errores, que nunca tiene momentos de duda. El libro es una llamada a desmitificar la figura del director general y verlo como una persona que está comprometida, que con sus virtudes y defectos genera un proyecto, un equipo, y supera obstáculos. La empresa es cambiante y en ella hay muchas situaciones inesperadas.

El estilo de liderazgo que viví en esos 9 años, más que un estilo tipificado, fue resultado de la autenticidad, de cómo quiero vivir y dirigir. Algo que el libro muestra es a una persona que, queriendo ser auténtica, dio varios años de servicio en el IPADE por el bien de una gran institución.

Un punto relevante en el texto es la soledad del director, que es una realidad que vive toda persona que está a cargo de una organización, a pesar de estar rodeado de muchas otras personas. El director de empresa se encuentra en una profunda soledad interior y en el libro plasmo algunas recomendaciones, porque si bien hay que reconocer que hay una soledad, hay que saberse acompañar.

Un director llega hasta donde su equipo se lo permite. El director que puede y sabe todo es una utopía. El director depende de un equipo comprometido, diverso, unido en el propósito y que tenga espacio para debatir, convivir y sanar heridas que se van dando en los equipos de trabajo. Un modelo en donde hay participación de las personas es mucho más enriquecido.

Otro punto importante en el libro es cómo se gestiona el tiempo del director y cómo se distribuye. Comienza por uno mismo, teniendo tiempo para reflexionar, cultivar tus hobbies, y llevar todo de la mano con la familia y la empresa. La persona vértice lo es en la medida que mantiene entereza, y la entereza es un equilibrio entre estar bien con uno mismo, con las amistades, la familia, cultura y fe. El éxito de un director de empresa no debe acabar en ser exitoso únicamente en la empresa.

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Agosto 24 / 2022

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Profesor del área de Dirección de Personal
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Profesor invitado del área de Entorno Político y Social
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