Carlos Llano era un hombre adelantado. Toma la idea de la acción directiva y la empieza a estudiar, de modo que comienza a mirar a la empresa en todo su conjunto. Hoy en día hay una corriente que apunta hacia esta visión, se trata del capitalismo consciente, el cual toma en cuenta a los proveedores, a los colaboradores y a los inversionistas.
La empresa es una comunidad de personas; si quitamos la comunidad, la empresa desaparece, y dentro de esa comunidad de personas hay diferentes roles. Lo que no se debe permitir en una empresa es que, lo que es un trabajo colectivo, resulte en un beneficio particular.
En el Análisis de la acción directiva, Carlos Llano propone la idea de que la empresa es una comunidad de personas que debe generar valor económico agregado (los inversionistas), pero también valor humano y valor social (el bien que genera a la sociedad), y lograr la auto-continuidad (proveer a toda la comunidad de los bienes que genera). Se trata de que los colaboradores no sólo se vean beneficiados económicamente, sino también en su desarrollo personal.
La labor de los líderes es generar el valor agregado en todos los niveles. Cuando Carlos Llano habla de liderazgo se refiere a que tú no puedes generar objetivos si estás destruyendo valor humano en tus colaboradores. Tiene que haber un liderazgo centrado en la persona, basado en el desarrollo de las mismas, para que sean capaces de alcanzar los objetivos.
La labor del líder es que todos estos elementos que rodean a la empresa estén enfocados en un sólo proyecto común, que es servir a la comunidad. La empresa es un medio de desarrollo personal, de crecimiento social, de proveer servicios y de generar riqueza; el fin es la persona.
La idea más vigente de Carlos Llano es que las personas no pueden verse como medios de una empresa. Tendríamos que comenzar a pensar en modelos de negocio con esta idea. La empresa no debe mirar a las personas como un recurso, sino como personas con un proyecto personal de vida.
ESCUCHA NUESTRO PODCAST “ENTORNO IPADE”