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El próximo 2023, los invito a soñar en grande

Diciembre 21 / 2022

Lorenzo Fernández Alonso

Profesor del área de Dirección Financiera

Lorenzo Fernández Alonso

Profesor del área de Dirección Financiera

Diciembre 21 / 2022

 

Durante los encuentros navideños de las tres sedes de IPADE Business School, Lorenzo Fernández Alonso, director general, dirigió la siguiente reflexión.

 

Muy buenas noches, queridos colegas, amigos y cónyuges. Me da mucha alegría verlos aquí reunidos y tener la posibilidad de celebrar juntos, en familia, de manera anticipada, la Navidad y el fin del año.

Sin duda, este 2022 ha sido más amable que los dos años anteriores. Nos ha permitido recobrar nuestro modo de trabajo, ser aún más cercanos a nuestros participantes y colaboradores y, también, nos ha dado la oportunidad de vivir sin cubrebocas, conocer las expresiones de nuestros participantes y recordar las de nuestros colegas. En resumen, redescubrirnos tal cual somos, sin un obstáculo en el rostro y abrirnos a la posibilidad de brindar y recibir una sonrisa fraterna.

Les agradezco todo su empeño a lo largo de este 2022, juntos trabajamos para materializar nuestra misión de formar líderes con visión global, responsabilidad social y sentido cristiano, capaces de transformar a las organizaciones y a la sociedad. Sin duda, su esfuerzo en cada sesión, en cada promoción y en cada actividad que requiere nuestro querido IPADE, hace evidente lo que somos y se materializa en los resultados que obtenemos. También en la satisfacción de los participantes tras su paso por nuestras aulas. Nuevamente, y de corazón, gracias a cada uno de ustedes.

Por otro lado, el propósito de esta cena en familia, si bien es reunirnos y celebrar nuestra labor a lo largo del año, también es meditar sobre la razón de nuestras siguientes dos semanas de merecido descanso, es decir: la Navidad.

Sobre este tema quisiera compartirles algunas reflexiones personales. Para adentrarme a esta época de Adviento, revisé el libro Homilías de Benedicto XVI sobre la Navidad. En una de ellas, el Papa Emérito, nos dice: “la humanidad espera a Dios, pero cuando llega el momento, no tiene tiempo para Él. Está tan ocupada consigo misma de forma tan exigente, que necesita todo el espacio y todo el tiempo para sus cosas y ya no queda nada para el otro, para el prójimo, para el pobre, para Dios. Y cuanto más se enriquecen los hombres, tanto más llenan todo de sí mismos y menos puede entrar el otro”.

Esta última frase me llevó a una profunda reflexión, en cuanto a nuestra labor como escuela de negocios. Sí, necesitamos que nuestros participantes generen riqueza, pero no solo para sí mismos, sino para producir un efecto multiplicador que permeé diversas esferas de nuestra sociedad y así, construyamos un futuro más esperanzador para todos. 

De igual manera, no solo propiciamos en los participantes la búsqueda de la riqueza material, sino también la riqueza espiritual. Estoy convencido de que nuestra misión es que los participantes y nuestros colaboradores sean mejores empresarios, emprendedores, y trabajadores, pero, sobre todo, mejores personas fundamentadas en valores éticos y con un profundo sentido humanista. 

Este año, tuvimos en las tres sedes la presentación del libro La pobreza como problema humano del padre Cristian Mendoza, quien en sus páginas afirma: “Al interior de cada empresa hay pobres en lo material, lo racional y lo espiritual. Quien tiene la capacidad de multiplicar el bien común, es decir, la riqueza de cualquier tipo tiene también la responsabilidad de invitar a las personas a pensar en el porqué de su vida, en con quién pueden salir de esa situación de pobreza, y también en cómo ayudar a aquellos que tienen más necesidad material”.

Sin duda, como personas que se desarrollan profesionalmente en una escuela de negocios y que hacen equipo con cada uno de sus colegas, tenemos la obligación de influir positivamente en cada participante, para sembrar en ellos una visión integral y nutritiva de su función como líderes, y la importancia de que construyan una comunidad empresarial sólida, que mire por el bien de todo su entorno. 

Recientemente, el Papa Francisco tuvo una audiencia con un grupo de empresarios españoles a quienes dirigió en su discurso la siguiente frase: “Los animo a seguir transformando con creatividad el rostro de la empresa, para que esté más atenta a los principios éticos y no se olvide que su actividad está al servicio del ser humano, no solo de unos pocos sino de todos, especialmente de los pobres”. 

Esta perspectiva, sin duda, está en el ADN de nuestra escuela de negocios y en cada uno de nosotros que nos desarrollamos en el IPADE; sin embargo, es momento de gritarla, de repetirla hasta el cansancio para que se impregne en nuestros participantes y en la comunidad empresarial del país. ¡Necesitamos contribuir con el bien común!

San Agustín, menciona en su libro La Ciudad de Dios, que “La familia debe ser el principio y la parte mínima de la ciudad”. ¡Y qué razón tiene! Estoy convencido de que el primer punto para contribuir al bien común es en nuestra casa, con nuestra familia, trabajando de la mano con nuestro cónyuge. Es en esta institución en la que se construye la identidad de las personas, se protege su autonomía y es la base desde donde se proyecta la persona en el ámbito social. 

Por ello, los invito siempre a poner a su familia en el centro de sus actividades, estoy convencido de que, de esta manera, construiremos una comunidad con personas felices, plenas y convicciones firmes. ¡Qué tanta falta hace frente a los retos que nos plantea el entorno y la sociedad! 

La temporada decembrina, por su significado tan profundo, representa una gran oportunidad para fortalecer los lazos familiares, perdonar, corregir el camino si hace falta, aumentar nuestras demostraciones de cariño… Todo ello, sin duda, nos permite crecer enormemente como familia. 

El próximo año 2023, los invito a soñar en grande. Pongámonos metas magnánimas, a nivel personal, pero también en equipo, y, sobre todo, en familia. Estoy seguro de que, con la ayuda de Dios, las lograremos. Recordemos que, desde nuestra labor en IPADE Business School y como cabezas de familia, somos agentes clave para propiciar un cambio oportuno para nuestro país y el mundo. 

Finalmente, queridos colegas, amigos y sus cónyuges, a quienes nos honra recibir esta noche, me despido deseándoles una muy feliz Navidad, en compañía de sus familias y un 2023 lleno de esperanza y bendiciones. 

ESCUCHA NUESTRO PODCAST “ENTORNO IPADE”

Diciembre 21 / 2022

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