Profesor del área de Factor Humano
Según una reciente investigación, solo un 10% de las empresas familiares tienen un plan de sucesión explícito, 20% tiene una escasa idea y prácticamente un 70% no tiene un plan de trabajo al respecto.
Toda sucesión sucederá. Se trata de un proceso complicado que lleva su tiempo. El sucesor tiene que ser auténtico, creer en sí mismo y tener un autoconcepto positivo de sí. Para lograr esto tiene que haber credibilidad, es decir, ganarse un lugar con las personas dentro y fuera de la familia. Para que esto sea posible debe distanciarse del sucesor.
El sucesor no va a ser igual a quien le precede y va a estar sujeto a críticas negativas, por lo que en este proceso hay que ser muy persistente y soportar mucha presión de distintos puntos de vista. Hay que irse ganando los espacios e ir descubriendo las capacidades propias. Es muy importante descubrir la pasión propia. Sin pasión es difícil que se logre el proceso.
No hay que tratar de emular o repetir lo hecho por la persona que sucedemos. Hay que aprender a ser uno mismo, tener un desarrollo tanto fuera como dentro de la empresa familiar. Parte del proceso de aprendizaje tiene que ver con equivocarse y aprender de los errores. También es importante desarrollar un plan de vida.
20% de las empresas está preparando a varios sucesores, mientras que el otro 20% solo está preparando a una; apostar todo a una misma persona puede ser peligroso. El 60% que resta no está preparando a nadie.
La preparación debe enfocarse en cumplir con responsabilidades, es decir, que estén claras y se cumplan; también en ser competente, aprender a tener un alto desempeño; lograr un adecuado nivel de independencia; aprender a ser auténtico, es decir, tener criterios propios y sobre todo ir desarrollando un propósito tanto personal como institucional; y, por último, aprender a ser líder.
Hay que aprender a hacer las cosas de manera diferente y saber lidiar con el momento de tensión al momento de asumir la sucesión. El sucesor tiene el reto de aprender de la empresa, pero también de la familia, trabajar en equipo y evitar un exceso de competencia. El poder se tiene que poner al servicio de ambos, empresa y familia. La familia es la real razón del éxito de la empresa.
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