El liderazgo se aprende, sin embargo, hay una serie de competencias y características que hacen que sea más o menos fácil para una persona aprender a ser líder. Uno puede proponerse ser líder y tener muchas cualidades, pero si no se produce una llamada a ese liderazgo o un reconocimiento explícito por parte de las personas que necesitan el liderazgo, es difícil que se logre.
El liderazgo es una necesidad real. La autoridad siempre viene de fuera, o bien se lleva esa autoridad formal o se da por reconocimiento externo por parte de los colaboradores, de la gente que se tiene a cargo. Un líder debe tener autoridad. Para hacer crecer la empresa se requiere de una autoridad informal, un verdadero prestigio; la única herramienta para lograr esto es la capacidad de acción.
La toma de decisión y la acción directiva tienen muchas similitudes. El mercado es volátil, cambiante por naturaleza. Ese cambio constante en el entorno hace que haya incertidumbre. La toma de decisión de un directivo implica asumir riesgos porque de una cantidad de alternativas se elige una. Se trata de una decisión prudencial sobre la que no hay garantías. La incertidumbre es parte del camino del ser humano.
Si la tarea directiva estuviera atada a una serie de fórmulas no sería tarea directiva porque lo podría hacer un robot o un algoritmo y sería predecible. La característica principal del liderazgo debe ser la de preocupación por aquellas personas que se está llamado a liderar. La fascinación por lo tecnológico nos está poniendo grandes retos. Hay una constante en pensar que los sistemas de gestión pueden liderar por sí solos, pero esto solo sustituye las tareas, mas no la relación personal entre el líder y su equipo.
Si no hay un verdadero conocimiento de las personas a las que vamos a liderar es imposible que podamos hacerlo. Dirigir en el fondo es gestionar relaciones humanas. Es un error pensar en la sustentabilidad solo desde el punto de vista de la ecología o desde el punto de vista netamente financiero; todas las definiciones encuentran un elemento común que es la razón de ser de una empresa.
Si la razón de ser es satisfacer una demanda social o una necesidad de personas concretas, la sostenibilidad de una organización es imprescindible. La sostenibilidad debe ser pensada de una manera integral.
Toda la problemática interna que hay en el desarrollo de la función directiva nos habla de la falta de organización de las personas. La realidad directiva satisface un bien para los clientes, los trabajadores y los accionistas. Una empresa que no sabe cuál es el bien que está buscando tiene los días contados.
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