Del éxito aprendemos muy poco, de lo que en verdad aprendemos es de la adversidad. Nunca fue tan fácil vivir cómodamente, actualmente todo se puede resolver con un control remoto o con un celular. Pero tampoco nunca la tuvimos tan difícil para ser felices.
La gente de antes tenía mucho más claro cómo podía ser feliz. Hay ciertas dificultades en nuestra sociedad actual; algunos ejemplos de ello son las tasas de suicidio, el consumo de antidepresivos, la violencia familiar, etc.
Nosotros que estamos en la empresa, si en nuestra tarjeta de presentación no ponemos todos los cargos sentimos que no hemos hecho gran cosa. Vivimos obsesionados con la apariencia, por alcanzar un ideal, ya sea profesional o económico. Todos mostramos unas vidas espectaculares por Instagram.
Como sociedad actual hemos intentado barrer debajo de la alfombra un componente básico y fundamental de la vida humana al que no queremos mirar porque no nos gusta y no sabemos qué hacer con él; este ingrediente es el sufrimiento.
Como sociedad no sabemos sufrir, nos da miedo sufrir. No sabemos qué hacer con el sufrimiento y esto es como ir en el auto con dos llantas ponchadas. La vida y el sufrimiento son inseparables. Es ahí donde surge la necesidad de la resiliencia.
ESCUCHA NUESTRO PODCAST “ENTORNO IPADE”