Cada año, IPADE Business School reúne a profesores y directivos para dialogar sobre el rumbo de la institución durante el Claustro Anual. En esta ocasión, se realizó los días 3, 4 y 5 de agosto del presente año, bajo el título “Unidad y propósito” y con el objetivo de hacer una pausa al ajetreo diario que demanda la labor de nuestra institución, también para contar con un espacio de introspección, que permitiera volver al fundamento y delinear el futuro.
Las jornadas de trabajo incluyeron en su agenda diaria la Santa Misa. El jueves 4 de agosto, fue oficiada por el Pbro. Francisco Ugarte, capellán del IPADE y doctor en Filosofía. En la homilía, explicó el motu proprio, “Ad charisma tuendum”, del 22-VII-2022, en el que el papa Francisco introduce algunas modificaciones organizativas y subraya el carisma propio del Opus Dei. Se leyó el Santo Evangelio según San Mateo 16, 13-23 y, a continuación, el p. Ugarte pronunció la siguiente homilía, que nos invitó a reflexionar sobre nuestro principio fundacional:
Acabamos de escuchar este diálogo maravilloso entre Jesús y Pedro. Destacaré una parte de esta conversación, de gran importancia, por varias razones. Jesús pregunta quién es él y Pedro responde: “Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo”. Los apóstoles, hasta ese momento, no se acababan de dar cuenta de que Jesús era Dios. Fue un proceso paulatino hasta llegar a comprender con claridad que él era el Hijo de Dios.
Ante la respuesta de Pedro -“tú eres el Hijo de Dios”-, Jesús hace una aclaración: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre que está en los cielos!” Es decir, esto no lo has deducido tú, ni siquiera por los actos que he realizado, sino que lo sabes porque te lo ha revelado mi Padre. Es, por tanto, un saber que viene de Dios, que es la fe.
Después, continúa el diálogo y Jesús le advierte: “Yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”; ante esa fe que Pedro ha mostrado, Jesús le señala que le conferirá el primado de la Iglesia: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, que he venido a fundar. De manera que él quedará al frente de la Iglesia, después de que Jesús suba a los cielos. Así lo decide también para los sucesores de Pedro y, por tal razón, el Romano Pontífice, de todos los tiempos, de cualquier época, representa a Cristo en la tierra. No solamente Pedro, sino también todos sus sucesores, y eso nos lleva a considerar la importancia tan grande que tiene estar unidos al Papa, “sea quien sea”, como decía san Josemaría. El Papa es la cabeza en la Iglesia y la unidad de la Iglesia depende de que los miembros estemos unidos a la cabeza.
Un ejemplo muy concreto de unidad nos lo ha dado el prelado del Opus Dei, al recibir la noticia del motu proprio con el que el Papa ha decidido hacer algunos ajustes en la ubicación de la Prelatura dentro de la organización de la Iglesia. El Prelado nos ha escrito una carta comentando ese documento, en el que dice: “Se trata de una concreción de la decisión del Santo Padre de encuadrar la figura de las prelaturas personales en el Dicasterio del Clero, que aceptamos filialmente”.
Esta frase es preciosa, “aceptamos filialmente” esta decisión del Papa, pues significa que antes que cualquier otra consideración, ésta viene del Papa y la aceptamos filialmente. Es un ejemplo de lo que significa estar unidos a la cabeza.
Aprovecho para comentar, brevemente, lo que representa este cambio. Como dice aquí el Prelado, es una concreción de la decisión del Papa de encuadrar las prelaturas personales en el Dicasterio del Clero. Antes, las prelaturas personales estaban en la Congregación para los Obispos. Ha habido una reestructura en la curia del Vaticano y en esa reestructuración el Papa vio conveniente cambiar de “casillero” (por así decirlo) al Opus Dei y pasó al Dicasterio del Clero. Una consecuencia de ese cambio, que está implícita, es que el Prelado no será obispo. Algunas personas han afirmado que “degradaron” al Prelado porque le quitaron la condición de obispo; sin embargo, hay que aclarar que no contaba con este estatus, por lo tanto, no es que haya dejado de tenerlo. Y, según esta nueva legislación, el Prelado no será obispo, ni tampoco lo serán sus sucesores.
Pero lo más importante para el Opus Dei, y para todos los que tenemos relación con la Obra, es que el Papa ha subrayado el carisma del Opus Dei y nos ha invitado a vivirlo a fondo. Es una ratificación de lo que Dios le hizo ver a san Josemaría sobre el propósito del Opus Dei y el Papa subraya esa finalidad: el carisma, el espíritu, la misión de la Obra.
Dice el Prelado: “el Santo Padre nos alienta a fijar la atención en el don que Dios entregó a san Josemaría, para vivirlo con plenitud”. Esta frase nos llena de alegría, es la parte objetiva, real, la que nos convoca, lo otro es el tema de la ubicación en el Vaticano que no nos corresponde a nosotros.
“Nos exhorta -dice el Prelado- a cuidar el carisma del Opus Dei” y señala textualmente las palabras del Papa: para “difundir la llamada a la santidad en el mundo, a través de la santificación del trabajo y de las ocupaciones familiares y sociales”. Este es el meollo del mensaje, la misión, el carisma, el espíritu del Opus Dei; para eso está el Opus Dei, para difundir la llamada a la santidad a través de la santificación de la vida ordinaria. Por eso, el comentario del Prelado es: “desearía que esta invitación del Santo Padre resonara con fuerza en cada una y en cada uno. Es una ocasión para profundizar en el espíritu que el Señor infundió en nuestro fundador y para compartirlo con muchas personas en el ambiente familiar, laboral y social”.
Ese es el tema de fondo, una invitación a reforzarlo en la vida práctica; porque en la teoría creo que no hay ninguna dificultad, pero en la vida práctica ese espíritu, ese carisma de promover la santidad en medio del mundo, atañe también a las labores relacionadas con el Opus Dei, como es el IPADE.
En resumen, se puede decir, sobre esta decisión del Papa, que el Opus Dei sigue siendo una prelatura personal con los siguientes cambios: depende ahora del Dicasterio del Clero y tendrá que informar de sus actividades apostólicas una vez al año. En relación con esto último ha habido noticias que dicen “el Papa le está pidiendo transparencia al Opus Dei, porque ahora está obligado a informar”. Cabe aclarar que ya informaba, solo que lo hacía cada cinco años, mientras que ahora será cada año. En mi opinión, es más cómodo informar cada año porque el informe quinquenal es muy laborioso: acordarse de cinco años, hacer una síntesis de todo, era complejo. Este cambio de ahora es ir más al día, en fin, es una cuestión más práctica, más técnica. El último cambio es que el Prelado sigue siendo Prelado, pero no será obispo, todo lo demás se mantiene.
Lo más importante es que el Papa nos está invitando a difundir el mensaje de la santidad en medio del mundo, con un nuevo espíritu, con una nueva ilusión, con un nuevo empuje, de manera que ahí nos podemos sentir todos involucrados en esta tarea, en esta misión.
Al escuchar todo lo que se ha visto en el Claustro, la verdad es que me llena de alegría ver que todo lo que se dice está en perfecta sintonía con lo que el Opus Dei promueve porque, a fin de cuentas, la Obra da esa identidad cristiana a la institución: el cuidado de los detalles pequeños, el espíritu de servicio, el trabajo bien hecho… es lo que el Opus Dei propone como camino para santificarnos en la vida ordinaria.
Vamos a pedirle a la Santísima Virgen que nos ayude a ser muy fieles a la misión del IPADE, misión que está inspirada por el Opus Dei, que anima esta labor tan estupenda que se lleva a cabo aquí; y que, a su vez, vivamos todos una plena unidad, siempre y en todas las circunstancias, con la cabeza de la Iglesia: el Romano Pontífice.
Con estas palabras, el p. Francisco Ugarte, sembró la semilla para que los asistentes interiorizaran la profundidad de la labor magnánima de nuestra escuela de negocios, para fomentar la unidad y avivar, más que nunca, el propósito de IPADE Business School.