Dimensiones con mayor desigualdad de género | CIMAD.-
- Mayor educación e igualdad de condiciones laborales, crucial para impulsar el empoderamiento de la mujer.
- La pandemia por COVID-19 ha puesto en riesgo el avance que se tenía respecto a la desigualdad de género.
En México, la pandemia por COVID-19 podría acrecentar la brecha y poner en riesgo el avance que se tenía respecto a equidad de género en ámbitos educativo y laboral consideró Yvette Mucharraz y Cano, directora del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) del IPADE Business School, al participar en el seminario “Participación económica de las mujeres”, realizado por la Barra de Abogados de México.
Detalló que la baja presencia de mujeres en la educación media superior y superior, especialmente en carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), así como en la alta dirección de las organizaciones y la falta de equidad en el ámbito de la salud siguen siendo retos que para superarlos requieren transformar paradigmas sociales y familiares para lograr el empoderamiento de las mujeres, lo cual traería beneficios sustanciales a su bienestar y al desarrollo económico de los países.
“Las mujeres preparadas contribuyen de modo sustancial a las economías prósperas, tienen más posibilidades de ejercer una vida sana con mayor bienestar y con mejores oportunidades”, indicó.
La especialista calificó como alarmante el hecho de que existan jóvenes, principalmente mujeres, entre los 18 y 24 años de edad, con mayor riesgo de no estudiar ni trabajar. “Tan sólo en 2017, el 36% de las mujeres jóvenes en México vivían esta situación en comparación con un 8% de los hombres de la misma edad”, advirtió.
Puntualizó que aunque se ha alcanzado la paridad entre género en la matrícula de los diversos niveles educativos, a partir del nivel medio superior la participación en la educación en comunidades rurales desciende drásticamente (34.7%). No obstante, donde las mujeres presentan una mayor desigualdad es en los salarios, ya que las mujeres con educación superior ganan solo un 66% de los ingresos medios de los hombres con el mismo nivel educativo.
“Las mujeres que hoy están terminando sus estudios profesionales, no están generando los mismos ingresos que los hombres. Sí hay un avance significativo en el acceso a la educación, sin embargo, seguimos viendo una tasa de empleo y sueldos inferiores a los hombres”, destacó la directiva.
Yvette Mucharraz refirió que a consecuencia de la pandemia, el avance que se ha obtenido puede verse comprometido, no solo en el aspecto educativo, sino en la violencia de género, pues de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas, hasta abril de 2020, 243 millones de mujeres y niñas entre los 15 y 49 años han sido sujetas de violencia ejercida por la pareja en los últimos 12 meses. En México, de acuerdo con el Sistema Nacional de Protección de Niñas Niños y Adolescentes, SPINAA (Septiembre 2020), se ha reportado en lo que va del año la hospitalización de más de 10,000 niños por lesiones, lo cual refleja la violencia que se ha vivido en los hogares, acentuada durante el confinamiento.
“Cuando hablamos de salud, también debemos considerar la salud mental que contribuye en el bienestar social, si tenemos estos niveles de violencia en los hogares y un bajo acceso a educación de calidad con respecto a estas capacidades aumentadas, la brecha será más grande debido a la situación actual de la pandemia”.
Destacó que, para mejorar la situación actual de las mujeres, es necesario reforzar la agenda para incrementar el Índice de Desarrollo de Género que menciona el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el cual refleja las desigualdades entre hombre y mujer en tres dimensiones: 1. Salud, 2. Educación y 3. Ingreso.
“Tenemos una agenda pendiente, tanto en el desarrollo de políticas públicas que favorezcan esta igualdad y el acceso a educación de calidad, a una vida sana e informada que empodere a las mujeres para alcanzar mejores oportunidades”, comentó respecto a la desigualdad de género.
Respecto al ámbito doméstico, Mucharraz y Cano explicó que los cuidados no remunerados y el trabajo doméstico que realizan las mujeres son fundamentales para sostener a las sociedades, tienen un valor económico inmenso, pues equivalen al 2,35% del PIB mundial, o 1,5 billones de dólares, y deben apoyarse mediante políticas adecuadas; sin embargo, durante el confinamiento, el trabajo doméstico y cuidado no remunerado se incrementó, ya que el número de horas que dedica la mujer a nivel global es de 4 horas, mientras que en los hombres es de 1.7 horas por día. En el caso de México y la desigualdad de género, de acuerdo con la OCDE, las mujeres dedican 5.52 horas por día al trabajo no remunerado, y los hombres 2.19 horas.
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